Progreso de Antonio de la Rosa: Segundo día de la Expedición al Polo Sur
Antonio de la Rosa ha completado su segundo día en la travesía hacia el Polo Sur Geográfico. En una conversación a través de su teléfono satelital, Antonio compartió detalles de sus primeras 24 horas de expedición. Completó las primeras ocho horas con buen ritmo, enfrentando un desnivel de 600 metros en menos de 20 kilómetros, destacando que esta fue la parte más dura del recorrido inicial.
A pesar del esfuerzo físico, Antonio se siente enérgico y ha gestionado bien su tiempo, tomando una pausa para comer y descansar antes de continuar otras seis horas más. Enfrenta vientos fuertes y constantes, y temperaturas extremas. A pesar de estas condiciones, su equipamiento está funcionando correctamente.
Antonio mencionó un inconveniente con el dispositivo de seguimiento, el cual se está revisando actualmente, para corregir la situación a la mayor brevedad. Es importante destacar que él cuenta con otro equipo GPS de respaldo. Las comunicaciones continuarán mediante telefonía satelital con el periodista Germán Briceño, en contactos regulares que dada la situación expuesta, será diariamente.
Sigan el progreso de Antonio en la sección de SEGUIMIENTO de nuestra página web antonioexpeditions.com, donde publicaremos actualizaciones frecuentes y contenido multimedia.
10 historias separadas que comparten un mismo escenario
Diez vidas, una meta: ¡Alcanzar el Polo Sur!
En este contexto de conservación y exploración, diez valientes expedicionarios se han lanzado a una travesía épica hacia el Polo Sur. Cada uno, cargando con su propia historia de vida, se enfrenta en solitario y de manera autosuficiente a la inmensidad blanca del continente antártico. Sus destinos individuales convergen, en una misma época y en un objetivo común: alcanzar el Polo Sur Geográfico. A través de sus logros y motivaciones, se teje una narrativa de coraje, superación, amor por la naturaleza y la aventura.
Catherine Burford: La “Molar Explorer”
Es odontóloga, lo cual evidencia claramente de dónde proviene el curioso nombre que le ha dado a su expedición, un reto de más de 1.127 kilómetros que ha decidido asumir en solitario, halando un trineo con una carga de 80 kg hasta el Polo Sur Geográfico. Catherine no solo desafía sus límites, sino que también busca promover la salud bucal y apoyar causas benéficas en África y Nepal. Inspirada por su profesora de geografía, Catherine combina su pasión por la aventura con un profundo compromiso social.
Frederick Fennessy: Un homenaje a los pioneros
Es ingeniero mecánico (29 años), se embarca en una travesía de 1.400 kilómetros inspirada por los grandes exploradores del siglo XX. En su cumpleaños número 30 —celebrado ya en tierras polares—, Frederick enfrentará temperaturas extremas y el traicionero terreno antártico, arrastrando un trineo de fibra de carbono con una carga de 135 kg. Su objetivo es rendir homenaje a figuras como Shackleton y Scott, y dejar su huella en la historia de la exploración polar.
Karen Kyllesø: La más joven en alcanzar el Polo Sur
Con tan sólo 21 años, busca romper el récord de Matthieu Tordeur (Francia), quien alcanzó el Polo Sur a los 27 años. Tras un riguroso entrenamiento, Karen enfrenta un desafío que es tanto físico como mental. Con cada paso en el hielo, Karen espera inspirar a otros a perseguir sus sueños y demostrar que la juventud no es una barrera para la grandeza.
Jonny Huntington: Un ejemplo de resiliencia
Es un para-atleta británico, esquiador, montañista, científico y ex-oficial del ejército británico. Es un testimonio de superación, tras un derrame cerebral que lo dejó paralizado. Jonny regresó al deporte de élite, compitiendo en esquí de fondo y ultradistancia. Su travesía hacia el Polo Sur simboliza la esperanza y determinación, demostrando que los límites solo existen en la mente y que con valentía, se puede superar cualquier adversidad.
Hege Victoria: Superando los Límites
Con una carrera de 24 años como policía en Noruega, Hege está acostumbrada a enfrentar situaciones extremas y se apasiona por animar a otras mujeres a fijarse metas altas y no temer al fracaso. Es muy activa y extrovertida, a sus 41 años, se siente preparada para enfrentar uno de los mayores desafíos de su vida. Como Trønder, combina su gran confianza en sí misma con una profunda autoconciencia, trabajando incansablemente para minimizar las limitaciones y perfeccionar sus habilidades. También forma parte del TEAM MARIANNE, una campaña de recaudación de fondos para la Sociedad Noruega del Cáncer en honor a su amiga Marianne, quien lucha contra un cáncer de ovario incurable.
Ali Rıza Bilal: El pionero turco
Atleta olímpico, se embarca en una travesía de 1.000 kilómetros hacia el Polo Sur. Con un enfoque en la sostenibilidad y minimización de residuos, Bilal refleja su amor por su patria y compromiso con el medio ambiente. Al enfrentar temperaturas extremas, Bilal espera inspirar a la juventud turca y demostrar que los sueños ambiciosos son alcanzables con esfuerzo y determinación.
Arne-Kristian Teigland: Recuperando el récord para Noruega
AK Teigland, explorador noruego de 40 años, busca romper el récord de Vincent Colliard y devolver la gloria a Noruega. Con una preparación meticulosa y un equipo especializado, Teigland recorrerá 1.130 kilómetros enfrentando condiciones extremas. Este desafío es un símbolo del espíritu explorador noruego, para él, un asunto de orgullo nacional.
Rasmus Kragh: Un viaje de fe y cambio
Es el primer danés en alcanzar el Everest, se embarca en una travesía de 1.130 kilómetros titulada “Solo al Polo Sur”. Rasmus busca inspirar a otros a explorar su potencial y generar cambios significativos. Su expedición apoya una causa benéfica que ayuda a niños daneses que enfrentan acoso, soledad e insatisfacción. Busca proyectar su filosofía de vida, en la que todos tienen la capacidad de marcar la diferencia.
Kim Young-mi: Un desafío en solitario
Alpinista coreana,se encuentra ya en el terreno, afrontando un desafío de marca mayor, ya que su meta está a 1.700 kilómetros. Cuenta con el apoyo de reconocidas marcas, Kim busca completar un plan de tres etapas que comenzó con el cruce del lago Baikal en 2017. Su dedicación y preparación meticulosa la posicionan como una de las exploradoras más destacadas de Asia.
Antonio de la Rosa: Retomando un sueño
En el corazón de esta narrativa se encuentra Antonio de la Rosa, aventurero español cuya vida ha sido una constante búsqueda de superación y exploración. Su travesía proyectada para esta oportunidad es de 1.130 kilómetros desde Hércules Inlet hasta el Polo Sur Geográfico, es una prueba épica de resistencia física, mental y emocional que se propone lograr en 30 días. Antonio lleva consigo un mensaje de conciencia ambiental. Su misión es sensibilizar sobre la fragilidad del ecosistema antártico y la urgente necesidad de protegerlo. En este momento histórico de exploración antártica, Antonio se posiciona como una figura clave, uniendo su pasión por la aventura con un profundo compromiso por la conservación del planeta.
Estas historias de coraje y superación frente a la inmensidad blanca de la Antártida, nos recuerdan la capacidad del ser humano para enfrentar desafíos extremos y la importancia de preservar nuestro planeta. Cada uno de estos expedicionarios, con sus logros y motivaciones, nos inspira a soñar en grande, actuar con propósito y unirnos en la protección de nuestro entorno. Antonio de la Rosa, al igual que cada uno de sus colegas expedicionarios, asumen su reto por separado, unidos sólo en su convicción de alcanzar la meta propuesta, en resistir y superar el desafío extremo que representa una “cancha” donde no hay cabida para juegos, en un escenario hostil, extremo y muy peligroso para sus vidas, aún así, todos están dispuestos y preparados para enfrentar su propia batalla personal , en este reto antártico en solitario.
Manténganse atentos a las próximas actualizaciones y no olviden seguir a Antonio en sus redes sociales para que no se pierdan sus reportes desde Polo Sur.
Al momento de publicar esta nota, Antonio de la Rosa ya se encuentra mucho más cerca de iniciar la expedición al Polo Sur. El viernes 27 de noviembre, despedimos a Antonio de la Rosa, quien partió por la noche rumbo a Lima para luego conectar con Santiago de Chile y finalmente volar a Punta Arenas. En su equipaje, lleva un trineo o pulka, 30 kg de comida y equipos para realizar en solitario los 1.130 km hacia el Polo Sur, sin asistencia externa. Antonio se siente fuerte y entrenado, listo para avanzar rápidamente en su travesía.
En Punta Arenas, Antonio deberá esperar a que las condiciones climáticas y la organización Antarctic Logistics & Expeditions LLC (ALE) estén listas para volar hacia la base de su viaje en Union Glacier, ubicada a 70 km de Hércules Inlet, el punto de partida de su caminata en el borde continental de la Antártida, en el mar de Weddell. Equipado con dos teléfonos satelitales y dos GPS, Antonio se asegurará de mantener la comunicación con su equipo y la base para su seguridad. En Union Glacier, coincidirá con otros expedicionarios que también buscan alcanzar el Polo Sur en autonomía. El equipo de seguimiento satelital que lleva Antonio nos permitirá mantener la mirada atenta a su recorrido. En la sección SEGUIMIENTO de esta página web puedes aceder, desde ya, a su ubicación en tiempo real. Aquí les dejamos el enlace: https://antonioexpeditions.com/track/
Te invitamos a ver el video realizado por Poso Visual que captura este emocionante inicio. ¡Acompaña a Antonio en cada paso de esta increíble aventura!
La gran carrera al Polo Sur y la odisea de Antonio de la Rosa
Hace más de un siglo, en las profundidades heladas de la Antártida, dos hombres lucharon contra el frío, el viento y sus propios límites para alcanzar un sueño: ser los primeros en conquistar el Polo Sur. Robert Falcon Scott, un oficial naval británico, y Roald Amundsen, un explorador noruego, protagonizaron una de las competencias más icónicas de la historia.
Amundsen, maestro de la eficiencia y conocedor de las técnicas de los pueblos árticos, lideró a su equipo con rapidez, alcanzando la meta el 14 de diciembre de 1911. Por su parte, Scott, más enfocado en el rigor científico y cargando con un equipo pesado, llegó un mes después, solo para encontrar la bandera noruega ondeando en el lugar que soñaba conquistar. Mientras Amundsen regresaba a casa victorioso, Scott y sus hombres sucumbieron al invierno polar en el camino de vuelta, dejando un legado de valentía y sacrificio.
Hoy, más de un siglo después, la Antártida vuelve a ser el escenario de una gran aventura. El reconocido explorador Antonio de la Rosa se embarca en una expedición al Polo Sur en solitario, enfrentándose a la misma soledad y hostilidad que dominaron la legendaria carrera, pero con un equipamiento y una tecnología que los pioneros jamás habrían imaginado.
Antonio y su «artillería» para la aventura
Antonio va solo en su travesía polar, pero cuenta con un poderos respaldo para enfrentar este desafío. Marcas como Ferrino, Helly Hansen, Sea to Summit, Sipre y Coros, entre otras, han contribuido a su “artillería de equipamiento y tecnología”, proporcionando herramientas y equipos esenciales para esta odisea. Desde ropa técnica, comida liofilizada, equipos para acampar y teléfono satelital, hasta sistemas de seguimiento GPS, este soporte representa una combinación de innovación y confianza en la capacidad de Antonio para superar lo más extremo.
Más que una travesía
La expedición de Antonio no es solo un reto físico; es un homenaje al espíritu explorador que ha guiado a la humanidad desde tiempos inmemoriales. A diferencia de Scott y Amundsen, Antonio cuenta con un valioso arsenal de récords deportivos y experiencia en expediciones extremas. Sin embargo, el reto sigue siendo monumental: temperaturas extremas, vientos despiadados y el silencio abrumador de la Antártida pondrán a prueba cada aspecto de su resistencia.
Descubre más sobre la carrera histórica
Para quienes quieran profundizar en la fascinante historia de la carrera entre Scott y Amundsen, los invitamos a escuchar el episodio especial sobre esta épica competencia polar en el podcast “Curiosidades de la Historia” de National Geographic, que ofrece una visión muy interesante y detallada. Aquí les dejamos el enlace directo:
Antonio de la Rosa está a punto de escribir un nuevo capítulo en la historia de la exploración polar. Con su valentía, experiencia y el apoyo de marcas y tecnología de última generación, se enfrenta al desafío de su vida. Al igual que los grandes exploradores del pasado, su misión no es solo alcanzar un lugar en el mapa, sino inspirar a otros a perseguir sus propios sueños, sin importar cuán lejos puedan parecer. Sigan atentos a nuestros avances informativos a través de esta sección y también en las redes sociales de Antonio.
1.130 km en esquí de travesía (ski-pulk) al Polo Sur
Antonio de la Rosa enfrentará el gélido desafío austral sin asistencia
Por: Germán Briceño / 09-10-2024
Para Antonio de la Rosa, un aventurero español cuya vida gira en torno a las actividades de expedición y aventura, el Polo Sur representa un destino y una asignación pendiente desde hace más de una década. Se trata del escenario que completa su lista de exploración en los confines más hostiles y desconocidos del planeta. Su próxima expedición en solitario (sin asistencia) a través del inmenso desierto polar, es la culminación de un sueño y una prueba épica de resistencia física, mental y emocional.
La expedición tiene un objetivo que va más allá de lo personal: inspirar y sensibilizar sobre la fragilidad del ecosistema polar en un momento en que las condiciones climáticas presentan una significativa alteración que ha venido transformando el “rostro del planeta”. La proeza que se ha propuesto de la Rosa se convierte así en un llamado a la conciencia colectiva, recordándonos que la Antártida, ese vasto desierto helado tan ajeno, guarda en sus profundidades la historia y el futuro del clima de la Tierra, debido a su particularidad de resguardar la mayor cantidad de agua dulce del planeta.
La ruta solitaria y el peso de la supervivencia
Con un inicio previsto para el 5 de diciembre de 2024, Antonio partirá desde Hércules Inlet, en la costa de la plataforma de hielo de Ronne, arrastrando un trineo que carga con cada elemento vital para su supervivencia: alimentos, tienda, equipo especializado y hasta 100 gramos diarios de mantequilla que se suman a su dieta de supervivencia para mantener el calor corporal. Todo suma o resta, y cualquier detalle podría ser la diferencia para el éxito y supervivencia en esta travesía de 1.130 km en solitario.
Este desafío no solo implica soportar temperaturas bajo los -50 °C en determinados momentos, sino también la crudeza de la soledad absoluta. Una vez se adentre en el interior helado de la Antártida, Antonio se verá rodeado únicamente por el blanco infinito del hielo y la nieve, donde no hay rastros de vida ni un solo accidente geográfico que ofrezca refugio o sentido de dirección. Guiado únicamente por su brújula, luchará contra las ventiscas que podrían desviarlo kilómetros fuera de su curso, en un terreno donde no hay puntos de referencia.
“El viento es el gran enemigo, más aún que el frío”, señala de la Rosa. Y es que en un desierto helado, el viento puede hacer que la temperatura descienda a niveles que desafían la resistencia del cuerpo humano. En esas condiciones, aún la ropa más ligera se convierte en una carga pesada cuando se trata de avanzar sobre el hielo. La diferencia entre la vida y la muerte depende de decisiones meticulosas y de no dejar nada al azar.
La Antártida como el último umbral de resistencia humana
Los estudios sobre resistencia humana en ambientes extremos han demostrado que el cuerpo y la mente enfrentan pruebas extremas en condiciones de aislamiento y frío severo. De la Rosa no solo se enfrentará al riesgo de congelación o de agotamiento en esta expedición, sino también a las duras exigencias psíquicas de la soledad total, un fenómeno documentado por expertos en psicología de exploradores polares. El aislamiento en estas expediciones pone al cuerpo humano en estado de supervivencia, donde la capacidad de concentración, los sentidos y el instinto se afilan, pero también se enfrenta a sus propios límites mentales.
Las expediciones en solitario en la Antártida, como la de Juan Menéndez Granados, el único español que ha completado este trayecto sin asistencia a bordo de una bicicleta (fat-bike) halando un trineo, son pruebas de resistencia mental donde la soledad es el oponente más grande. De la Rosa se enfrenta a lo desconocido en cada paso; su única “conexión social” será a través de un teléfono satelital que lleva para efectuar reportes eventuales de su situación y poder compartir su “pesada carga emocional” en determinados instantes. En el frío antártico y con sus limitados recursos vitales, como el fuego que usará a partir de un hornillo portátil para derretir nieve o su pequeño refugio portátil (su tienda de campaña), son parte de los elementos claves para poder asumir y superar esa épica contienda psico-física que enfrentará durante un mes, tiempo que se ha propuesto emplear para poder alcanzar el Polo Sur geográfico. Sin duda, un símbolo poderoso, un recordatorio de la lucha constante entre el ser humano y los límites impuestos por la naturaleza, donde el mayor trofeo es llegar con vida. Lo anterior permite asomarnos a algunas de las razones y particularidades por las que esta expedición polar, asumida en solitario, no cuenta con el copioso “tráfico de personas” que logra alcanzar la cumbre del Everest.
Un reto personal y un compromiso global
A pesar de los peligros, la determinación de Antonio está impulsada por algo más profundo que el récord o el logro personal. Su travesía lleva un mensaje de concienciación ambiental en una región que hoy representa la vulnerabilidad del planeta. Con un presupuesto de 96.000 euros, su expedición ha sido posible en parte gracias a una campaña de financiación colectiva que no solo pretende apoyar económicamente, sino también involucrar a la gente en un proyecto que siente como una misión compartida. Cada bandera que ondeará en el Polo Sur representará el apoyo de quienes creen en la necesidad urgente de proteger estos paisajes primordiales.
Antonio de la Rosa no es un novato en estas luchas. En su historial figuran hazañas como la travesía del océano Atlántico a remo y la experiencia de enfrentarse al frío extremo en Finlandia y Alaska. Su misión de vida ha sido siempre llevar el cuerpo y el espíritu al límite, probando su resistencia en un entorno en el que cualquier error puede ser fatal. A diferencia de otros, él siente que su camino hacia el Polo Sur tiene un propósito mayor: despertar una sensibilidad ambiental que hoy es tan crucial como la misma supervivencia.
Un llamado a la aventura y al compromiso
A través de esta expedición, Antonio de la Rosa representa no solo el sueño del aventurero que busca conquistar el último rincón helado del mundo, sino también el espíritu de quienes creen que la vida tiene que ser vivida al límite, con propósito y conciencia. Su viaje al Polo Sur es una hazaña inspiradora, que habla del coraje de alguien que no teme a la soledad ni a los desafíos extremos. Para Antonio, llegar al Polo Sur no es el fin, sino la prueba máxima de su amor por la aventura y de su compromiso con el planeta.
A medida que se adentra en este viaje, no solo pondrá a prueba su cuerpo y su mente, sino también la capacidad de nuestra sociedad para conectar con las causas más esenciales. En la soledad helada del Polo Sur, Antonio no estará solo. Con él viaja el mensaje de millones que sueñan, como él, con un mundo que se atreva a salvar lo que es frágil y que, a la vez, nos conecta a todos.